sábado, 25 de enero de 2014

Primera lección práctica.





               Después de esperar un par de semanas, mi licencia de alumno-piloto llegó por fin el Miércoles y quedamos para hacer mi primera lección práctica el Viernes por la tarde. Cómo os podéis imaginar, si ya de normal se tiene cierta ansiedad para que llegue el final de la semana laboral, en ésta casi ha llegado a ser obsesivo.

               Comida rápida en la oficina entre papeles, y corriendo al campo de vuelo. El instructor ya me esperaba, pero el avión aún estaba en el hangar. Me explica algunos detalles de la sistemática que tendremos y que como el ocaso apremia, haremos un chequeo pre-vuelo más rápido. Pasamos a realizar un briefing en la sala social del club……pero coño, ¿cuándo volamos? No veo el momento de montar en el avión y el esperado momento se hace aún más de rogar.

               El briefing es fundamental, mal que me pese reconocerlo, consiste en pormenorizar punto por punto todo lo que vamos a hacer en el avión. Hoy tocará carreteo; vuelo recto y nivelado; virajes, ascensos y descensos. Así serán las primeras lecciones y en general con muchísimas tomas y despegues. Ahora
sí al lío.

               La seguridad ante todo, y eso quiere decir que hay que revisar motor, alas, alerones y un sinfín de puntos críticos antes de echar a volar. Este análisis pre-vuelo será uno más de los puntos que el examinador tendrá en cuenta. Sacamos el avión a la plataforma y por fin nos subimos. De nuevo chequeo de puntos antes de arrancar el avión. Una vez arrancado, nuevo chequeo de puntos, y antes de soltar el freno, un nuevo chequeo. Estas revisiones no siempre son de las mismas cosas, pero es una rutina que te insisten en que es fundamental. El año pasado un alumno se saltó el protocolo porque ya se lo sabía de memoria, y olvidó abrir la bomba de gasolina. Resultado: avión al aire………parada de motor y al suelo.

               Lo primero que me llama la atención es que la aviónica es totalmente diferente a otros “locos cacharros” en los que había montado, acostumbrado a muchos relojes analógicos dispuestos en horizontal (la instrumentación que todos tenéis en mente). Esto me ha descuadrado bastante, aquí apenas hay un par de sistemas digitales dispuestos en una columna vertical con muchísima información, que me cuesta interpretar. Y empezamos con el carreteo, que no es otra cosa que rodar por el suelo, y aquí no hay volante!! La dirección la marca la rueda del tren delantero y la diriges con los pies: pie izquierdo y el morro se mueve a la izquierda, pie derecho y el morro se mueve a la derecha. Esto que parece de párvulos, no es tan sencillo, por lo que nos tiramos un buen rato por la pista moviéndonos en zigzag. El acelerador, en este avión, es una palanca que mueves con la mano izquierda y viene a estar situada justo en la entrepierna…..acojonante.
               Después de los primeros carreteos, vamos a simular el despegue, el acelerador lo llevará el instructor y tendré que ocuparme de llevar el aparato por el medio de la pista levantando el morro suavemente. Lo hacemos un par de veces, morro alto como si estuvieras haciendo un caballito con la moto, y al suelo.

               Y ahora sí, vamos a despegar, pero antes un nuevo chequeo previo al despegue. Encaramos la pista, levantamos ligeramente el morro y a unos 65-70 km/h……..al aire!! Las sensaciones se multiplican, ya no estás pegado al suelo, y esto se mueve un huevo!!! Al ser más ligero que una avioneta estás más expuesto al viento y las sensaciones son muchísimo más intensas, no digamos comparado con un avión comercial. Ascendemos hasta unos 2.000 pies (600 metros) que sobre el suelo supone estar a unos 450 metros. La vista es preciosa, Sierra Calderona a la derecha, y después de un breve viraje a la izquierda con rumbo a Casinos, a la izquierda tenemos la ciudad de Valencia. La visibilidad es tan grande que se ve hasta el Montgó de Denia/Javea. Arriba el viento se nota, está un poco movido, y el vuelo recto y nivelado tiene algún salto. Viramos, subimos, bajamos, volvemos a virar. Rodeando Marines por el Sur, nos movemos en paralelo a la pista. Vamos a hacer una pasada sin tomar tierra. Lo importante es aprender a alinear el avión con la pista. Casi tocamos tierra y volvemos a ascender con el motor a tope. Pasote!!



               Viramos 180º y volamos paralelos a la pista, nuevo giro de 180º y encaramos ahora sí para tomar tierra, morro siempre arriba para bajar la velocidad, flaps abajo, yo alineo y el motor es cosa del instructor, nos acercamos al suelo y con ayuda de él tomamos tierra. Carreteo hasta el hangar y ¿cómo no? ¡Chequeo de parada de motor! Mi primera hora de vuelo ha sido espectacular y ya estoy deseando que llegue el Domingo para la segunda. 







Horas totales de vuelo: 1h. 0 M





No hay comentarios:

Publicar un comentario