Después
de unas intensas vacaciones de relax y desconexión, volvemos a la realidad
mundana, afortunadamente eso incluye volver a la senda de las emociones aéreas.
Con muchas ganas voy camino del club de vuelo dos meses después de mi último y
horroroso vuelo. A pesar de la ilusión, también estoy un poco inquieto, ¿se
notarán mucho los dos meses de inactividad? ¿habré llegado a mi techo y no seré
capaz de avanzar? Media hora de coche da para mucho.
El
día es soleado y caluroso, 27º a las 9:30 de la mañana, podría aparecer alguna
térmica al final de la clase, nada de viento. Chequeo prevuelo, arranque de
motor, prueba de motor y ¡¡despegue!! Todo controlado. Alcanzamos 1.200 pies,
estabilizo y hago el primer viraje para hacer los tráficos. Las sensaciones son
fantásticas, todo normal. Seguimos con el patrón, viramos a final, frenamos el
avión y comenzamos el descenso para la primera aproximación del día. Senda de
planeo, orientado a la pista, tengo que darle un poco de gas. Todo va bien,
todo correcto hasta el momento de recogida y toma final, vuelven los errores,
muevo mucho el avión, no recojo correctamente…motor y al aire. Repetimos el
patrón y vamos mejorando poco a poco. Decido parar ahora que la cosa está
mejorando y que me he quitado el mono. Clase corta pero fructífera.
Pasadas por pista
En
la siguiente clase el instructor me propone un cambio de metodología. Vamos a
aproximarnos a la pista, pero no con la intención de tomar tierra, por el
contrario vamos a realizar una pasada lo más cerca posible del
suelo. Si el
avión está centrado y lo tenemos controlado, cortamos gas y tomamos tierra, si
no motor y al aire, pero sin verme en la obligación de tomar tierra.
Como
siempre, la senda, la orientación, la decisión de darle un poco de gas para
llegar o de quitárselo, etc. todo va correcto. Esta vez olvido por completo que
no íbamos a tomar tierra, a última hora es tarde para rectificar y la toma
resulta desastrosa. Despegamos y a seguir. Como no hace nada de viento el
instructor me indica que nos olvidamos del patrón, despegamos, tomamos la altura
de seguridad y hacemos un giro de 180º para volver con la aproximación. Resulta
divertido, pero me doy cuenta que según la pista de aproximación cometo menos
errores si tomo en la pista 33, que si lo hago en la 15. Creo que es un tema de
referencias.
Después
de la práctica, volvemos a las clases teóricas: Navegación y Meteo. Se acerca
el examen teórico, y después de quedarme a las puertas en la anterior convocatoria,
esta tiene que ser la mía. Durante la semana 4 compañeros se han examinado del
práctico, ¡y todos aprobaron! Enhorabuena chicos, y felicitaciones al
instructor.
Amanece
con un cielo bastante plomizo y cerrado que me hace dudar si tendremos una
nueva clase. En el campo está igual, pero el techo de nubes está alto, puede
que nos encontremos con algo de precipitación, nunca había volado con lluvia.
P.D.:Gracias Paco por las fotos y el vídeo.
Horas totales de vuelo: 16 h. 38 min.
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